Hace dos años Cristina Silva vio que la situación no daba para más. Un Estado ausente, una crisis social cada vez mas aguda y un dolor que solo una madre o un padre pueden entender: el hambre de los chicos.
Así, decidió abrir las puertas de su casa en el Barrio Obrero de Lomas de Zamora, para hacer un merendero y poder ayudar.
Allí dependen de la ayuda que puedan recibir de organizaciones sociales y de la solidaridad. “No están entregando leche” denuncian. “Los chicos no saben lo que es el yogur” agregan.
Malnutrición, carencias y hambre en el país de las vacas, a solo 30 minutos del obelisco.