La tarjeta Alimentar es sin dudas una de las herramientas más importantes que ha implementado el Gobierno de Alberto Fernández en la lucha contra el hambre.
Daniel Arroyo desde el Ministerio de Desarrollo Social ha sido el responsable de su implementación y, si bien no es la solución al problema de fondo, es sin dudas un gran mecanismo de ayuda para cientos de miles de personas.
Algo que Arroyo destacó desde el primer día es que la tarjeta no solo le sirve al beneficiario si no que además implica una inyección de dinero al mercado que genera más consumo, por lo tanto más ventas y producción, es decir, trabajo.
En esta oportunidad el equipo de Argentina Sin Hambre se dirigió con sus cámaras a recorrer distintos comercios para ver que ha implicado para ellos este plan.
Vale destacar, que no son cadenas de supermercados, si no despensas, autoservicios y un espacio emblemático como el Almacén de la Unión de Trabajadores de la Tierra.