Unicef -por un convenio con La Poderosa- provee de alimentos e insumos de higiene a 150 comedores ubicados en distintas zonas del país y, realizan una encuesta y monitoreo en los barrios donde están la asambleas. Lejos de sorprender las estadísticas son el reflejo de las consecuencias de la pandemia, según María Claudia Albornoz, referente de La Poderosa.
“Venimos diciéndolo hace rato, que lasfamilias de los sectores más empobrecidos comen una vez al día y esto parece causó mucha conmoción y ojalá que nos sigamos conmoviendo en esta situación porque es así”, sostuvo Albornoz.
“Muchas veces las vecinas te cuentan que cocinan una vez al día, si sobra comen a la noche, siempre se prioriza a niños y niñas y se toma mate, se come pan o se come torta asada. Digamos que es una de las cosas que se puede elaborar porque lleva nada más que harina, sal y agua”, agregó.
Sin embargo, aclaró que “esto no pasa solamente en los barrios empobrecidos de la ciudad de Santa Fe, sino que pasa en diferentes barriadas de todo el país. Pensemos Santiago del Estero, pensemos Chaco o pensemos Paraná donde se come la basura de un volcadero: entonces es muy, pero muy importante que los gobiernos entiendan cuál es la situación de estas vecinas y vecinos”.
Respecto al impacto de las medidas de aislamiento y distanciamiento social por el coronavirus, Albornoz fue contundente. “La cuarentena nos vino a mostrar la enorme desigualdad y las grandes mentiras que se dicen respecto a la asistencia. La cuarentena nos vino a mostrar lo peor de la desigualdad en la Argentina o en el mundo se podría decir, donde los que más sufren esta situación obviamente son aquellas familias que tienen un trabajo precarizado o que viven de changas…imagínense eso en el medio de la pandemia, cuando no se podía salir a ofrecer tu trabajo”.
“Lo otro que también tenemos que tener en cuenta es que las familias de estas barriadas trabajan de la construcción los varones, del servicio doméstico las mujeres y es algo que se cortó absolutamente o sea que quedaron en una situación de muchísima desventaja”, enfatizó sobre las dificultades para conseguir el sustento diario.
“Por eso nuestras asambleas de La Poderosas trabajan muchísimo con estadística porque tenemos que tener muy en claro dónde llega la comida, cómo llega la comida, cómo llega el trabajo”.
En ese marco, hace cuatro meses se firmó un convenio con Unicef para brindar asistencia a 150 comedores y merenderos en todo el país, y particularmente a las asambleas que hay en todo el territorio de la Poderosa. Lo que hacen ellos es transferir recursos para que puedan generar una dieta mucho más nutritiva para los barrios.”.
Pero no es lo único. “Nosotros tenemos muchas cooperativas aquí en barrio Chalet donde hay 52 familias que están sobreviviendo gracias a las cooperativas gastronómica, textil, lavadero de autos: eso es muy importante para ver cómo se reactiva la economía en el medio de esta crisis que social económica y alimentaria”, destacó la dirigente social.
Fuente: El Litoral