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Curas villeros agradecieron a los vecinos de los barrios populares “que se ponen la patria al hombro”

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Los curas villeros rindieron homenaje el pasado miércoles al sacerdote Carlos Mugica, asesinado en 1974 por la Triple A, con un sencillo acto realizado en las puertas de la parroquia Cristo Obrero, en el Barrio 31 de la ciudad de Buenos Aires, donde expresaron su reconocimiento al “compromiso solidario” de los vecinos de los barrios populares durante la pandemia de coronavirus, al cumplirse 90 años del nacimiento del emblemático cura.

“Hoy especialmente queremos agradecerles cómo se han puesto la patria al hombro, en este tiempo de pandemia que estamos viviendo. Nos han vuelto a recordar que nadie puede pelear la vida aisladamente”, señalaron los curas, en una carta que fue leída en forma alternada por los referentes eclesiásticos de los barrios ubicados a un lado y otro de la avenida General Paz.

“Se necesita una comunidad que nos sostenga, que nos ayude y en la que nos ayudemos unos a otros a mirar hacia delante. ¡Qué importante es soñar juntos!”, manifestaron y declararon su “alegría de acompañar como curas” a los barrios.

Recordaron también a otros sacerdotes fallecidos, como por ejemplo Rodolfo Ricciardelli, Daniel de la Sierra, Héctor Botán, Jorge Vernazza, quienes -destacaron- “siempre se mostraron agradecidos y fortalecidos por la fe fraterna vivida en los barrios”.

El padre Basilicio Britez, conocido como “padre Bachi” por su trabajo en barrios de La Matanza y quien murió por coronavirus en agosto último, también fue recordado durante la ceremonia.

En el mensaje ofrecido por los curas villeros a los habitantes de los barrios populares, se escucharon además las palabras de Jorge Vernazza, otro cura fallecido en la década del 90 y cuyas acciones estuvieron orientadas a la defensa de las luchas populares en los años ’70.

“Para mí lo más importante es el contacto con los pobres. El trabajo en la villa me dio esta gran oportunidad. Me ayuda a mantenerme en un espíritu de pobreza, de simplicidad de vida; me pone frente a la situación más clara de tener que estar al servicio de otro y no de mí mismo”, proclamó más de una vez Vernazza.

En esa misma línea, los curas villeros expresaron a los vecinos: “Aprendemos de ustedes acerca de la fe y de su lucha cotidiana por una vida con dignidad. Un cura aprende entre los sencillos y humildes”.

Destacaron además que en los barrios populares “todavía se vive el espíritu del vecindario, donde cada uno siente espontáneamente el deber de acompañar y ayudar al vecino”.

Dijeron que son lugares “que conservan esos valores comunitarios” y en los que se viven “relaciones de cercanía con notas de gratuidad, solidaridad y reciprocidad, a partir del sentido de un nosotros barrial”.

“El Papa Francisco reza por ustedes y los alienta. Pueden hacer mucho. Pueden hacer mucho. Ustedes, los más humildes, los explotados, los pobres y excluidos, pueden y hacen mucho. Me atrevo a decirles que el futuro de la humanidad está, en gran medida, en sus manos, en su capacidad de organizarse y promover alternativas creativas, en la búsqueda cotidiana de las tres T ¿De acuerdo? Techo, Tierra y Trabajo. También en su participación protagónica en los grandes procesos de cambio. Cambios nacionales, cambios regionales y cambios mundiales. ¡No se achiquen!”, arengaron los Curas Villeros.

Concluido el mensaje se realizó una oración por los vecinos enfermos y fallecidos a causa de Covid-19, se pidió encender hoy una vela en los hogares por ellos y se descubrió y se bendijo la placa y la esfinge del padre Carlos Mujica.

El equipo de Curas de Villas y Barrios Populares de Buenos Aires y Gran Buenos Aires está integrado por Gustavo Carrara, José María Di Paola, Eduardo Drabble, Andrés Benítez, Guillermo Torre, Agustín López Solari, Juan Isasmendi, Patricio Etchepareborda, y Lucas Walton, además de otros referentes de unos 40 asentamientos de la Capital Federal y el conurbano.

El texto completo de la carta:

Queridos vecinos y vecinas de las villas y barrios populares, con la alegría
de acompañarlos como Curas, les acercamos esta sencilla carta.
Lo hacemos este 7 de octubre, en el día que se cumplen 90 años del
nacimiento del padre Carlos Mugica. Él, junto a sus hermanos sacerdotes
que hoy nos acompañan desde el Cielo, como por ejemplo, los padres Rodolfo Ricciardelli, Daniel de la Sierra, Héctor Botán, Jorge Vernazza, siempre se mostraron agradecidos y fortalecidos por la fe fraterna vivida en los barrios.

Lo mismo el padre Bachi al que hace poco con dolor despedimos.
Compartimos el testimonio que da el padre Vernazza y que hacemos nuestro, ya que el vivir junto a ustedes, es una bendición para nuestro sacerdocio:

“Para mí lo más importante es el contacto con los pobres. El trabajo en la villa me dio esta gran oportunidad. Me ayuda a mantenerme en un espíritu de pobreza, de simplicidad de vida; me pone frente a la situación más clara de tener que estar al servicio de otro y no de mí mismo. El contacto con quienes además de ser pobres se reconocen como tales, favoreció y enriqueció mi sacerdocio.
Son ellos los más preparados para recibir la Buena Noticia.”

Como Curas, queridos vecinos y vecinas, aprendemos de ustedes acerca
de la fe y de su lucha cotidiana por una vida con dignidad. Un cura aprende
entre los sencillos y humildes que nuestra frágil fe, se apoya en la fe de nuestra Madre la Virgen, en la fe de nuestros hermanos mayores los Santos. Que en un sentido nosotros creemos porque esta inmensa cantidad de testigos cree y nos invita a fijar la mirada en Jesús (cf. Hb. 12, 1-2). Un cura aprende a su vez entre los pobres y sufrientes que la fe obra por el amor (cf. Gal. 5,6). Y que esta acción que nos hace más semejantes a Dios, se llama misericordia (cf. Lc. 10,25-37). Y que la misericordia es el primer paso y la meta de todos los caminos de Dios.

Hoy especialmente queremos agradecerles cómo se han puesto la patria
al hombro, en este tiempo de pandemia que estamos viviendo. Nos han vuelto a recordar que “Nadie puede pelear la vida aisladamente. […] Se necesita una comunidad que nos sostenga, que nos ayude y en la que nos ayudemos unos a otros a mirar hacia delante. ¡Qué importante es soñar juntos!”

Donde hay amor hay lugar para la esperanza y esto lo hemos visto en las
mil y un maneras de arremangarse para trabajar por los otros, con sentido de construcción de comunidad. “En algunos barrios populares, todavía se vive el espíritu del “vecindario”, donde cada uno siente espontáneamente el deber de acompañar y ayudar al vecino. En estos lugares que conservan esos valorescomunitarios, se viven las relaciones de cercanía con notas de gratuidad, solidaridad y reciprocidad, a partir del sentido de un “nosotros” barrial.”

Ese apostar a la “fuerza del nosotros” como respuesta a la “cultura del yo”
que mira únicamente a la satisfacción de los propios intereses, se ha traducido concretamente en la participación de muchos de ustedes en las actividades parroquiales que se reconfiguraron para ponerse al servicio de los barrios, en el compromiso concreto en la organizaciones sociales, en los comedores comunitarios, en los merenderos y ollas que se abrieron en la emergencia en muchas casas.

El Papa Francisco reza por ustedes y los alienta: “Pueden hacer mucho.
Pueden hacer mucho. Ustedes, los más humildes, los explotados, los pobres y excluidos, pueden y hacen mucho. Me atrevo a decirles que el futuro de la humanidad está, en gran medida, en sus manos, en su capacidad de organizarse y promover alternativas creativas, en la búsqueda cotidiana de «las tres T»

¿De acuerdo? (trabajo, techo, tierra) y también, en su participación protagónica en los grandes procesos de cambio. Cambios nacionales, cambios regionales y cambios mundiales. ¡No se achiquen!”3
Como Curas, queremos que sepan que Jesús los mira, los valora, los reconoce y fortalece en su opción por la fraternidad. Los invitamos hoy, a encender una vela, en los altarcitos de nuestras casas y de nuestros centros comunitarios, pidiendo a la Virgen que reciba en el Cielo a los vecinos y vecinas fallecidos por el Covid, y que alcance su consuelo maternal a sus familias. Dios te salve María…

7 de octubre de 2020.
Equipo de Curas de Villas y Barrios Populares de Capital y Provincia

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