La demanda de la Red de Banco de Alimentos de la Argentina, la ONG que busca a reducir el hambre y evitar el desperdicio de alimentos, se incrementó notablemente durante los meses de cuarentena, a la vez que también aumentó un 5.5 por ciento el índice de pobreza en el país, según consignó días atrás el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
La presidenta de la Red nacional, Liliana Cagnoli, confirmó que en términos porcentuales la demanda de los 16 bancos del país subió un 200 por ciento. Para poder dar respuesta, indicó que están fortaleciendo las alianzas con privados, con instituciones y con cada municipio.
Si bien bajo el nombre de Banco de Alimentos son 16 los afiliados a la red, en el universo de organizaciones adherentes son un total de 25. Y de manera conjunta, desde que inició el 2020 han logrado recuperar más de 25 millones de kilogramos de alimento, con operativos como el de la papa en el que rescataron casi diez millones de kilos, que repartieron entre un millón y medio de personas.
La demanda de la Red de Banco de Alimentos de la Argentina, la ONG que busca a reducir el hambre y evitar el desperdicio de alimentos, se incrementó notablemente durante los meses de cuarentena, a la vez que también aumentó un 5.5 por ciento el índice de pobreza en el país, según consignó días atrás el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
“Antes estábamos en 450 mil, por eso realmente hemos ampliado la cantidad de asistencia, no solo en personas sino también en kilos de alimento”, remarcó Cagnoli.
Los trabajadores y colaboradores
Las comisiones directivas de todas las organizaciones sociales de Banco de Alimentos son ad honorem, es decir que no perciben ningún tipo de renta. No obstante, sí hay algunos equipos de trabajo contratados que cobran un sueldo pero que es netamente simbólico.
Teniendo en cuenta que en todo el territorio nacional son más de 150 las personas rentadas, destacó la presidenta de la Red que “los Bancos nacieron para dar respuesta a una problemática social, como es la falta de alimento y el hambre, pero a su vez fueron generadores de puestos de trabajo”.
Todo ello, sumado a que aceptan positivamente al medioambiente ya que evitan que la comida que está en buen estado se tire y genere contaminación, los transformó en una organización de triple impacto: “Realmente nos hemos transformado sin querer en eso”.
Las cifras
Indicó Cagnoli que por año se desperdician más de 16 millones de toneladas de alimento, con lo cual enfatizó que es “inconcebible que exista hambre”, y mucho menos en nuestro país que es muy rico en tierra y en capacidad productiva.
“Es inentendible que haya gente que pasa hambre cuando hay un gran porcentaje de comida que se está tirando”, sostuvo.
Explicó que, en muchas ocasiones, como por ejemplo en el caso de la fruta y la verdura, se descartan por súper producción: “Esto quiere decir que se produce, no alcanza a ingresar al circuito comercial entonces va de comiso o a la basura. Y ahí es donde entramos los Bancos de Alimentos para evitar el desperdicio”.
Aclaró de todas maneras para que no haya ninguna confusión que no es que toman basura sino que captan mercadería apta para el consumo humano que, si no fueran a buscarla, se tiraría.
La lógica de la Red es mitigar el hambre, evitar que la comida apta para el consumo se tire y que la misma vaya a quienes realmente lo necesitan.